Corre, corre pequeña
el prado está vacío
el escondite violeta
no lo sigas
avanza
no mires hacia atrás
el prado te persigue
corre pequeña
no dejes que la oscuridad te alcance
sos mucho más que ella, no te decepciones
no cierres los ojos porque los árboles no cicatrizan
no dejan de fluir entre tus venas
los árboles no perdonan, y ella tampoco
así que cambia tu rumbo
porque ya te marcaron, te dormiste
perdiste tiempo en cambiarte de ropa
el lobo te observa
y sus luceros verdes te alumbran
no los sigas, es una fosa
corre pequeña, no los dejes ganar
si alguna vez perdiste, pues échate a andar
la vida no ha terminado
y el león te sigue buscando
no lo dejes, ataca
con estacas, con fuego
luz, luz de tu interior
del cielo, de lo celestial
sal de ahí, el bosque te confunde
corre, mujer, que ya no eres pequeña
no dejes que el lobo te engañe,
no con sus ojos de dragón, no lo dejes comerte
no de nuevo
ya es tarde, te quebraste los huesos
te desintegras
pero sigue corriendo, te imploro que lo hagas
si te muerden, sigue
si te arrancan el pelo, sigue
si te matan, sigue
porque no puedes darte el lujo de parar
la vida no para ni un segundo
aún después de muerta, no se detiene
nunca lo hará
por eso, pequeña anciana, continúa tu rumbo
no ese que tanto dibujaste
andate por el otro lado, por lo desconocido
por las tuberías de algún barco
o del corazón de algún humano
nunca pares
corre, por mí
corre por los que no pueden correr
por los que ya no quieren hacerlo
por los que nunca lo hicieron
por los que ya están cansados y se sentaron
corre, hacelo por todos, como si tu vida dependiera de eso
-y lo hace-
aquí estaremos esperándote, pequeña,
del otro lado del arcoiris.
The post war dream
Un lugar seguro. A safe place
martes, 3 de mayo de 2016
lunes, 2 de mayo de 2016
Ay, ay, ay
Ay, ese sentimiento que siempre vuelve
que no te deja respirar:
sí, sentís exactamente esa bola de pelos formándose en tu garganta
estás por comerla, porque sino qué hacer con la respiración.
Ay, ese dolor que viene junto con las pesadillas en vida
que se desprenden de la bola de pelos
de la garganta hasta llegar a tu corazón
pero ya no son pelos, lo sabés, ella lo sabe
son como tajos de cuchillos afilados en tu interior.
Ay, la sangre corriendo por dentro, desenfrenada, agitada
y volvemos al tema de la respiración:
está con freno de mano, no arranca, duele
llora, yo lo sé y ella lo sabe y no hay manera de negarlo,
simplemente porque ella no lo sabe.
Ay, el auto-engaño como siempre
y la mentira, a mí misma
el rechazo de ser pasional por miedo a sufrir
y sufrir por ser un pasional desmedido.
Ay, y retomo la respiración
ya más bien calmada porque no le queda opción
y quiere desaparecer y morirse y no puede
y respira, triste respiro yo.
Ay, ella que no sabe, ella que no sabe
ella que no sabe no sabe no sabe
no sabe, ella sin saber, sabe
yo no sé.
Ay. Para qué hablar
para qué saber
y quería saber, para hablar, para jugar mejor
para conocer las reglas del juego. Ay.
Ay, palo contra la cabeza, cabeza contra la pared
desmayo, quiebre sentimental, negación
aceptación, cabezazo de nuevo
y hasta ahí llegué.
que no te deja respirar:
sí, sentís exactamente esa bola de pelos formándose en tu garganta
estás por comerla, porque sino qué hacer con la respiración.
Ay, ese dolor que viene junto con las pesadillas en vida
que se desprenden de la bola de pelos
de la garganta hasta llegar a tu corazón
pero ya no son pelos, lo sabés, ella lo sabe
son como tajos de cuchillos afilados en tu interior.
Ay, la sangre corriendo por dentro, desenfrenada, agitada
y volvemos al tema de la respiración:
está con freno de mano, no arranca, duele
llora, yo lo sé y ella lo sabe y no hay manera de negarlo,
simplemente porque ella no lo sabe.
Ay, el auto-engaño como siempre
y la mentira, a mí misma
el rechazo de ser pasional por miedo a sufrir
y sufrir por ser un pasional desmedido.
Ay, y retomo la respiración
ya más bien calmada porque no le queda opción
y quiere desaparecer y morirse y no puede
y respira, triste respiro yo.
Ay, ella que no sabe, ella que no sabe
ella que no sabe no sabe no sabe
no sabe, ella sin saber, sabe
yo no sé.
Ay. Para qué hablar
para qué saber
y quería saber, para hablar, para jugar mejor
para conocer las reglas del juego. Ay.
Ay, palo contra la cabeza, cabeza contra la pared
desmayo, quiebre sentimental, negación
aceptación, cabezazo de nuevo
y hasta ahí llegué.
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